A Daniella no se le va la esparanza de vivir despues de comer.
Porque la vida le sonrie a ella de todas las formas posibles y no solo en la cara de un niño de dos años.
A ella la lujuria no la visita los jueves por la noche con una copa de vino en la mano en un una discoteca de barrio ,para marcharse a las 10 de la mañana con prisa ,mucha prisa.
porque la constancia que tiene Daniella no consiste en decidir no dejar de vivir,
porque Daniella no es nada de esto ....pero yo si.
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